VENERABLE SIERVA DE DIOS MADRE RAFAELA DE LA PASIÓN VEINTEMILLA VILLACÍS
Nació en Quito (Ecuador) el 22 de Marzo de 1836 sus padres fueron don Ignacio Veintemilla y doña Josefa Villacìs, quienes llevaban una autentica vida cristiana.
Desde muy joven sintió el deseo de ser religiosa y pasó su adolescencia y juventud practicando con grande fervor las virtudes cristianas, hace sus primeros votos en privado de pobreza, castidad y obediencia y vestía el hábito de la Beata mariana de Jesús llevando una asidua vida de oración y contemplación que fue perfeccionando con sacrificio y penitencia con el transcurrir de los años. Alcanzada su mayoría de edad hizo sus primeros votos privados de pobreza, castidad y obediencia, y vistió el hábito de santa Mariana de Jesús , llevando una asidua vida de oración y contemplación que fue perfeccionando con sacrificio y penitencia con el transcurrir de los años
Sufrió la cárcel a consecuencia del golpe de estado que hiciera su hermano el General Ignacio Veintemilla que, siendo Presidente del Ecuador se proclamó dictador en 1882.
Después de la penosa prisión que duró cerca de nueve meses, en 1883 cuando ella contaba con 47 años de edad es expatriada de su País, establecida ya en la Ciudad de Lima.
En 1894 como frecuentaba la Iglesia San Agustín conoce al R.P. Eustasio Esteban O.S.A. que acaba de llegar desde España a Lima como Prior del Convento, es así que Madre Rafaela lo adopta como Director espiritual y le manifiesta su deseo de fundar una familia religiosa dedicada a la Santa Obra de la Preservación de la niñez y juventud en extrema pobreza y peligro moral. A mediados de 1895 funda la Congregación de Agustinas Hijas del Santísimo Salvador junto con Padre Eustasio Esteban, teniendo como fiesta principal “ La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor” y con gran fortaleza de espíritu y nobleza de corazón lleva adelante el carisma que Dios le encomendó, la Salvación de las almas en la Santa Obra de la Preservación de la niñez y juventud femenina, sufriendo pobreza material, sinsabores morales que no hicieron más que aumentar su talante de fe, esperanza y caridad.
Murió en Lima en opinión de santidad el 25 de noviembre de 1918. Sus restos reposan en el convento Nuestra Señora del Prado de la Ciudad de Lima desde el 28 de agosto de 1980 y después de 35 años el Señor nos concede la gracia de trasladarla a la Iglesia nuestra Señora de la Consolación del Distrito del Rimac en Lima – Perú el 23 de Noviembre del 2015.
El 7 de setiembre del 2018 el prefecto de la congregación de las causas de los Santos, promulgó el decreto sobre las virtudes heroicas de la Sierva de Dios
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